
Adicta a las artes marciales, cinéfila y familiar, con un episodio de bulling en su adolescencia y un problema médico que la apartó del mundo del fitness de competición, Marlene Redondo ha sido la sorpresa de Quiero ser, programa primero emitido en Tele 5 y después en Divinity. Sus medidas perfectas y sus escuetos estilismos le valieron el título de la más odiada por sus compañeras de programa. Con ella se cebaron hasta el extremo de hacerla llorar cada noche. Sin embargo, mantuvo las formas en todo momento y reconoce que salió reforzada “del nido”. Ahora protagoniza esta sesión, para la que lleva preparándose dos años: “Siempre quise ser portada de interviú”.
¿Qué es lo que quiere ser Marlene?
Me gustaría triunfar en moda. He trabajado como modelo y el mundo de las sesiones lo domino. Ahora me gustaría triunfar desde las redes sociales como influencer. Puedo aportar una nueva visión a la moda en combinación con los buenos hábitos de vida, que, valga la redundancia, están tan de moda. Casi he terminado el ciclo de nutrición y entrenadora personal. Eso sí, me gustaría decir desde aquí que las modelos no tenemos por qué ser esqueletos andantes.
¿Qué la llevó a participar en Quiero ser?
Me enteré por casualidad. Una conocida que iba a participar se rompió la mandíbula y tuvo que echarse atrás, me pasaron los datos de contacto y dije: ¿por qué no? El día que me confirmaron que sería participante estaba en la playa y rompí a llorar.
¿Cuál fue su primera impresión del programa?
Pensé que todos íbamos a encajar bien porque luchábamos por un mismo sueño. Obvio, me equivoqué.
Hombre, eran rivales…
Ya, pero no hace falta matarse ni tirar a nadie por tierra por ser competencia. Yo también quería ganar, pero en vez de criticar al de al lado, intentaba aprender de él.
Creo que se ensañaron con usted.
Cuando acabé de ver la primera emisión, me quedé mirando a la tele y pensando: ¿qué es esto? Yo no sabía que habían hablado de mí. Cada uno grabábamos por separado. Aluciné, frente a mí mostraban otra cara.
¿Le afectaron las críticas?
Sí. A veces tenía que salir a coger aire. Estar ocho semanas recibiendo machaques es duro. Me llegaron a decir que era una mujer de hacer cosas… o que me iba a tirar al único chico que entró.
Las descalificaciones venían de sus compañeras. ¿Qué opina de las mujeres machistas?
Me parece lamentable que hoy en día nos hagamos eso. Ya tenemos bastante con el trato que nos dan algunos hombres como para hacerlo nosotras mismas. No estamos bien de la cabeza. Ninguna me pidió un perdón sincero.
El mayor problema que tenían con usted es que mostraba demasiado.
Por enseñar mucho, sí. ¡Qué gracia! Me criticaban por ir escotada y minifaldera, seré la única chica de España que viste así. A 40 grados parece que solo yo no puedo ir en shorts. En la playa hago toples, y, cuando me arreglo, visto sexy. Es lo que hay. Me quemaban en la hoguera por cosas que en el fondo el resto también hacía.
¿Es cierto que sufrió bulling en el colegio?
Sí, a los 13 mis amigas eran como barbies y yo era más albóndiga. Con 15 años no entraba en una talla. Ellas salían y conocían chicos y yo era más masculina. Era el patito feo del grupo.
Y ahora le ha ocurrido lo mismo, pero por ser un pibón…
Me hubiera gustado no haber pasado por la experiencia otra vez. Ese acoso psicológico te acaba minando…
¿Es de las que piensan que lo que no nos mata nos hace más fuertes?
Totalmente. Salí reforzada y ahora luzco escote todavía con mas orgullo. Y me siento orgullosa también de la actitud que mantuve, de no rebajarme al nivel de criticar a nadie como ellos hicieron conmigo. Educación y buena actitud ante todo. No he ganado, pero me siento como si lo hubiera hecho: la gente me felicita por la calle por mi comportamiento.
¿Y los profesores?
No me llevé mal con ninguno. Mi favorito era Cristo; también me encantó Madame de Rosa, tiene un estilo especial que defiende como nadie. ¡Y ella tuvo su portada interviú! ¡Las chicas interviú al poder! Mis compañeras me echaban en cara que yo quisiera una, pero les cerré la boca cuando les recordé que Madame ya la había hecho.
¿Cómo es Sara Carbonero de cerca?
Me sorprendió mucho para bien. Esperaba que fuera chula o altiva, y todo lo contrario: es cercana, dulce, cariñosa… y no tenía por qué, ya que apenas coincidíamos cuatro veces al mes y un rato. ¡Y es más guapa en persona! Ella me dijo que mantuviese mi personalidad, que era mi esencia. Espero que haya una segunda edición, sobre todo por ella. Se lo merece.
¿Cómo ha cambiado su vida tras su paso por televisión?
Es prácticamente igual, sigo entrenando en el mismo gimnasio y trabajo de camarera los fines de semana en el mismo bar y… ¡la portada de interviú! ¡Era mi sueño hacerla! Cuando me llamasteis… es que no me salían las palabras, me puse a llorar. Sí, soy muy llorona. ■