
La han echado del trabajo por intentar crear una sección sindical dentro de su empresa, no hay protesta en la que no esté…
El barco donde trabajo no tiene comité de empresa. Para crearlo nos presentamos cuatro delegados y yo, la única a la que han echado; saben que tengo mucha fuerza. Dijeron que no había pagado una botella de whisky que regalé a un conocido en el barco donde trabajo, pero tengo todas las pruebas para demostrar lo que ocurrió. Es una represalia, claramente.
¿Por qué?
La empresa hizo firmar a los trabajadores un documento en el que se comprometían a desentenderse de acciones sindicales. Yo fui la única que no lo firmé. Ahora me han ofrecido un despido improcedente, según ellos, para que mi imagen no se vea afectada, pero no lo acepto. Los voy a denunciar.
¿De dónde le viene su naturaleza reivindicativa?
Es mi condición, no lo puedo evitar. Actúo según mis principios. Tengo todos los frentes abiertos, pero voy para delante, si desde fuera de la empresa puedo ayudar a los de dentro, mejor.
En su lucha por la contratación de mujeres para la estiba en el puerto de Algeciras, sus detractores la han mandado a fregar, han insinuado que es prostituta…
Lo denuncié ante el Instituto de la Mujer. Han dicho que quiero dinero y protagonismo; no he ganado nada en tres años que llevo con la asociación. Con la portada quiero demostrar que la mujer puede sentirse femenina y tener el protagonismo que ella quiera en su vida. Espero las mismas críticas. Lo hago con todas las consecuencias y muy orgullosa.
¿Se considera feminista?
Puede que con esta lucha esté tirando más hacia el feminismo, pero nunca me han gustado los extremos. Si no tuviéramos que luchar por la igualdad, no existirían el feminismo ni el machismo.
Decía que esta portada era un sueño.
Sí, lo es. Me daba miedo perder credibilidad, pero ahora es el momento porque, después de una etapa de bajón, es cuando más fuerte me siento.
¿Qué piensan sus compañeras de plataforma?
Están encantadas, creen que a partir de ahora se nos va a escuchar más. Cada vez somos más, pero la cantidad es algo que nunca he tenido en cuenta. Yo voy a seguir luchando sola o con 20.000 compañeras.
¿Y su familia?
Mi marido, mis hijos y mis padres están muy orgullosos de mí. Siempre lo han estado y yo también lo estoy de mí misma. Voy a contracorriente; hay que ser muy fuerte para hacer lo que yo hago.
¿Cuál es el siguiente objetivo?
Que las mujeres entren a estibar en Algeciras. Creo que es de ley, hemos hecho una buena campaña de lucha y los responsables saben que las mujeres tienen que estar dentro, no les quedará más remedio. Creo que es una lucha ganada y que antes de que acabe el año nos contratarán.
¿Cree que si las contratan van a ganar menos que los hombres?
No, a pesar de la discriminación que existe, no solo en la estiba, creo que cobraríamos lo mismo, el salario no es el problema.
El Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, dijo en referencia a la reforma de la estiba: “Lo que permite, entre otras cosas, es la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”. ¿Se han sentido utilizadas?
Sí, porque no puedes mantenerte al margen de nuestra lucha durante dos años y ahora, como te interesa, nos pones en el punto de mira para enemistarnos con el sector. Si es que quieren que las mujeres trabajemos, que nos ayuden; si no, que no nos utilicen.
¿Y cómo cree que les afectará si finalmente liberalizan el sector?
Lo liberalicen o no, las mujeres entraremos en la estiba, no dependerá de lo que ocurra con la reforma.
¿En qué posición están en este enfrentamiento?
Nos solidarizamos con los estibadores, no es justo que se juegue con los derechos de los trabajadores por los que tanto han luchado. Debemos pelear por lo que pelearon nuestros abuelos: para no perder derechos, que es lo que se está dando en la mayoría de los sectores en España.
Suena muy sindicalista.
(Ríe). Me uní a CC OO hace seis meses. Me apoyan, me gusta cómo luchan y su forma de trabajar. He abierto los ojos con los sindicatos y no me importaría pertenecer a su grupo de trabajo.
¿Y la política la ha tentado?
En principio no, prefiero el sindicalismo, es un trabajo más directo con el trabajador. No entiendo de política; pero si tuviera que irme con algún partido, sería con uno que mire por el pueblo y no se venda.
¿Quién cree que estibaría mejor: Susana Díaz, Irene Montero o Soraya Sáenz de Santamaría?
Ninguna de las tres estaría preparada, no lo han mamado. Es un trabajo que se lleva en la sangre, es muy duro y no creo que les gustara. Aunque la mejor sería a la que más falta le hiciera el trabajo.