
Lo nuevo de Teresa Viejo se llama Que el tiempo nos encuentre, una exquisita y madura novela ambientada en el México de los años 40, en la llamada edad de oro del Hollywood hispano. Con ella, la escritora y exdirectora de interviú intenta asentarse como narradora de éxito, tras los excelentes resultados de su primera ficción. La memoria del agua se ha traducido a cuatro idiomas y fue llevada a televisión en forma de miniserie que emitió TVE con notable audiencia. Ella misma se ha puesto el listón muy alto. “Me siento más tranquila que con la primera novela porque he notado ganas entre los lectores de recibir un nuevo trabajo y éste ha sido tan intenso y exhaustivo que me da bastante seguridad, es más maduro. Mi ambición es dedicarme a la escritura sin olvidar el periodismo”, confiesa antes de hablar con pasión de madre de Aurora, la protagonista de su historia, una mujer que deja España huyendo de la Guerra Civil y llega a México cambiando una vida en blanco y negro por una multicolor llena de grandes fiestas y bailes hasta convertirse en una gran estrella del cine. Una novela que le ha obsesionado dos años, tanto que se marchó a México para vivir en primera persona sus escenarios. “Visité archivos, filmotecas, estudios de cine… En el avión una mujer me dijo que era una locura que fuera sola a Veracruz, que era muy peligroso andar sola, pero yo creo que iba tan poseída por mi entusiasmo y por querer saber más de ese país que además lo hice con los ojos de alguien que lo estuviera visitando en los años 40. En el casco antiguo del DF solo veía los edificios art déco”.
El suyo es el cuento de una Cenicienta con secretos familiares que marcan vidas, intrigas, traiciones, prostitución… y mucho sexo.
(Carcajada) ¡Como en la vida! Hay mucha carnalidad… Estoy contando historias de amor, desamor, pasiones intensas, y mis protagonistas disfrutan de su amor por todos lados. Y México es un país sensual como pocos, todo México te lleva a disfrutar del ser deseado…
¿Su novela es carnal porque usted lo es?
Soy más sensual que sexual pero por encima de todo soy una mujer de piel… La piel habla.
Su novela transmite los olores de México, incluso de sus protagonistas… ¿A qué huele Teresa Viejo?
(Risas) A vainilla. El olfato es mi sentido prioritario, escribo rodeada de olor, me fijo en los olores de la gente, en las casas, en restaurantes. Identifico personas y situaciones con determinados olores…
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